Hábiles artistas procedentes de la Escuela de Arte
de Ortisei y Selva Gardena esculpen los modelos de
base: verdaderas obras de arte surgidas de la
energía creativa de cada artista, siempre diferentes
e innovadoras. De estos modelos se obtendrá el molde
en bronce para reproducirlo posteriormente con el
pantógrafo.
La madera procedente de los bosques alpinos es la
más adecuada para la escultura. La madera basta se
corta en bloques cada vez más pequeños hasta
conseguir las dimensiones de la escultura que se
desea realizar.
Los bloques de madera se trabajan con el pantógrafo
que, guiado por las sabias manos de un experto
artesano, permite realizar esculturas que quedarán
perfectamente terminadas hasta en los más mínimos
detalles.
El último paso de la creación de una escultura en
madera es la decoración. Las esculturas se pintan
totalmente a mano, con paciencia y meticulosidad.
Los colores utilizados varían de una escultura a
otra: por lo tanto, cada escultura que sale de las
manos del artista lleva el sello de un toque
individual.