“Y aconteció que estando ellos allí,
se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz
a su primer hijo, y lo envolvió en pañales, y lo acostó
en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el
mesón” (Lucas 2, 6-7).
El Evangelio de San Lucas, que narra
el nacimiento de Jesús, fue fuente de inspiración para
los artistas desde la antigüedad. Así, el primer cuadro
que representa la Natividad y que muestra al niño Jesús
tumbado con su madre, la virgen María, se remonta al
siglo IV. Estas representaciones, sin embargo, no fueron
muy numerosas y se encontraban sobre todo en algunos
sarcófagos de piedra.
Una representación mucho más
detallada del Nacimiento de Jesús fue realizada por San
Francisco de Asís en el año 1223. Decidió celebrar la
misa de Navidad ante un pesebre de madera junto a un
buey y una mula vivos. De esta manera encantadora
consiguió acercar el acontecimiento a los fieles.
El pesebre ejercía una espectacular fuerza de atracción
sobre el pueblo. Jesús nació en el seno de una familia
pobre. La pobreza y el alumbramiento espontáneo del Hijo
de Dios convierten a Jesús en uno más de entre los
hombres, en alguien con quien identificarse. Hasta el
contraste entre pobre y rico, representado por los
pastores y los Reyes Magos venidos de Oriente, se
desvanece ante el Hijo de Dios. Todos ellos se
arrodillan humildemente a sus pies.
Los jesuitas y franciscanos consiguieron divulgar la
idea del pesebre por todo el mundo: Numerosas
representaciones teatrales, pictóricas y escultóricas se
inspiraron en el acontecimiento de la Natividad, y las
iglesias fueron decoradas con frescos, pesebres ante los
altares y retablos tallados con motivos navideños.
En Alto Adige/el Tirol del Sur las
representaciones del Nacimiento de Jesús se remontan a
tiempos lejanos y se encuentran en manuscritos antiguos
y sellos. Las pinturas que adornan las capillas de
Castel Tirolo, de Castel Appiano y de la Vía Crucis de
Bressanone son del gótico primitivo. El fresco con la
adoración de los Reyes Magos en la iglesia de Santiago
en Val Gardena es sólo un ejemplo de las numerosas
representaciones navideñas del gótico tardío de nuestra
región. Todas ellas, al igual que los famosos Altares
del Nacimiento del Alto Adige/Tirol del Sur, son en
realidad los precursores del pesebre tal y como se
conoce hoy en día.
En los tiempos de la Ilustración se
prohibieron y retiraron los pesebres de las iglesias y
de los conventos. Estas prohibiciones, sin embargo, no
consiguieron que los fieles renunciasen a su Nacimiento,
al que tanto cariño le habían cogido, de manera que los
instalaron en sus hogares. Así fue como los pesebres
encontraron cabida en las casas de ciudadanos y
campesinos. Artesanos y campesinos se dedicaron a la
elaboración de nacimientos, sobre todo en Val Gardena,
donde muchos agricultores pasaban los largos días de
invierno tallando figuras de madera para así obtener
unos ingresos adicionales. Estas figuritas, en un
principio hechos de manera primitiva, encontraron una
espectacular aceptación entre la población y se
consideran hoy artículos de gran valor folclórico y
histórico.
Los talladores de Val Gardena se
convirtieron en verdaderos maestros artesanos y las
tallas de arte sagrado vivieron un auge importante. El
Val Gardena se hizo con el monopolio de la elaboración
de pesebres en sus numerosos talleres artesanales y
comenzó la exportación de estos artículos a todo el
mundo.
La adoración de los Reyes Magos realizada en el taller
Vinazer en la época barroca se considera el pesebre más
antiguo de Val Gardena. Esta obra maestra del siglo
XVIII fue expuesta durante mucho tiempo en la iglesia de
Santiago, cerca de Ortisei, y puede contemplarse ahora
en el Museo de Ortisei.
En la actualidad numerosos talleres de figuras de madera
se han unido para fundar la asociación de Talleres de
Esculturas de Madera – Gardena Art, y así mantener viva
una tradición que durante tres siglos se ha dedicado a
la talla de madera. La marca GARDENA ART certifica la
calidad y el origen de las valiosas tallas de madera.
El Nacimiento de Jesús sigue siendo
el tema predominante en el arte de las tallas de madera.
Un pesebre de Val Gardena se considera una valiosa
reliquia de familia, que, año tras año, durante la época
navideña, se convierte en el centro indiscutible del
hogar, proporcionándole a la familia un especial
ambiente navideño. Los niños hacen coro alrededor del
Nacimiento mientras sus ojos brillan de alegría a la luz
de las velas.
¡Un pesebre de GARDENA ARTdel Val Gardena es una pieza valiosa y siempre
actual!